domingo, 10 de mayo de 2009

LOS CAMBIOS DE ORIENTACIONEN EL PROGRAMA DE TRANSICION A LAS COMUNAS

REDES PPGA

ANTECEDENTES. EL PROGRAMA DE TRANSICION 2005

Siendo Telerman el vice jefe del GCBA en ejercicio de la Jefatura, en una reunión de gabinete ampliada con funcionarios, realizó el 1º de febrero de 2006 el lanzamiento del Programa de Transición a las Comunas. Aunque el acto no fue abierto a la presencia de organizaciones sociales y vecinales u otros actores interesados, celebramos el hecho porque significaba el reconocimiento por parte del gobierno de una acción imprescindible e impostergable y la expresión de la voluntad política de llevarlo adelante.

El anuncio se pudo realizar entonces, aun en medio de la parálisis que atravesaba el Gobierno de la ciudad, porque existió un intenso trabajo anterior entre estructuras del gobierno y organizaciones sociales, aspecto que no fue debidamente recogido ni en la presentación ni en los documentos de difusión que editó la Secretaría de Descentralización y fueron desde entonces distribuidos

El Programa de Transición era, hasta ahí, el resultado de un esfuerzo conjunto entre áreas de gobierno y la comunidad: durante el año 2005 fueron realizados primero el ciclo Buenos Aires VIVA V [1] y enseguida el ciclo de reuniones de trabajo del Grupo Promotor en la Secretaría de Descentralización del GCBA convocadas por el entonces Subsecretario Mauricio Tarullo, los cuales contribuyeron rotundamente en la definición de los objetivos, acciones y presupuesto del referido Programa. En lo formal fue constituido un Grupo Promotor por la Resolución 147/2005 del entonces Secretario de Descentralización, Héctor Capaccioli, cuyo texto no formó parte tampoco de los anuncios y material de difusión

Estos ciclos de trabajo concitaron la participación creciente de organizaciones vecinales y otros actores sociales, y sirvieron para la instalación en la sociedad y el gobierno, de la idea de un programa participativo de transición a las comunas.

En la gacetilla de prensa que emitimos ese día expresamos dos preocupaciones centrales ante el anuncio:

1. Los riesgos derivados del atraso que tenía la implementación del Programa con relación a los plazos derivados de la Ley 1777 abrían una seria incógnita ¿en un tiempo mucho menor se conseguiría alcanzar los objetivos propuestos dentro de los plazos de la Ley o, por el contrario, este atraso serviría de motivo para, por insuficiente preparación, volver a postergar el inicio de las Comunas?

2. Se abría también una gran incertidumbre respecto a perfil participativo del Programa: pudiera ser que en vez de afirmarse en cuidadas acciones tendientes a agregar la participación comunitaria en un esfuerzo planificado y productivo que es fundamental para la creación de las Comunas, se empezara a caer en la improvisación, el desaliño y el direccionismo, vicios habituales que suelen mostrar las políticas públicas que se pretenden participativas.

Durante la fase de diseño y elaboración del Programa en la experiencia del Grupo Promotor hubo momentos de trabajo intenso y entusiasta participación multilateral en un contexto abierto y a la vez tenso, atravesado por desconfianzas y presiones entre algunos actores. Hubo también mesetas de baja actividad y negociaciones bilaterales que erosionaron buena parte de los avances y asociaciones conseguidas en las etapas de trabajo conjunto.

Hubo también un período de inactividad y parálisis del Programa (que debía, cuanto menos haber iniciado sus actividades el 1 de enero según su presupuesto y cronograma[2] preliminar) motivadas directamente por la crisis derivada del juicio político al Jefe de Gobierno Ibarra y los delicados equilibrios coyunturales que sostenían al gobierno de Telerman

Hasta ese momento, como quiera que sea, las cosas habían cambiado poco todavía respecto al cuadro de situación que nos llevó como Redes PPGA a impulsar la idea de instalar en la comunidad y el gobierno una etapa de preparación y co gestión que aumentara la dinámica del tejido social en torno a la creación de las comunas y contribuyera a desarrollar en las estructuras gubernamentales los equipos y las técnicas necesarias para una empresa de tamaña envergadura.

Por ese motivo realizamos como Redes PPGA, entre febrero y marzo de 2006 el “Ciclo de reuniones informativas y de trabajo previas a la implementación del programa de transicion a las comunas”, que se materializó en encuentros en diversos barrios de la ciudad, con el objetivo de hacer conocer el proceso que había dado lugar a ese Programa para de suplir la insuficiente información que había suministrado a la opinión pública el GCBA.

El Programa había sido pensado tomando en cuenta las experiencias gubernamentales y socio territoriales que de hecho significarían contribuciones importantes al proceso fundacional de las comunas. Los componentes del Programa y las acciones programadas para ponerlos en acción tendían a garantizar y promover la movilización social en torno la creación de las comunas, poniendo el acento en las prácticas sociedad-estado que serían necesario estimular y ensayar para facilitar la democracia participativa en ellas.

Los objetivos de esas reuniones fueron:
-informar como fue diseñado y elaborado el Programa
-explicar sus objetivos, estructura e hipótesis de implementación
-explicar su modelo de gestión
-analizar los riesgos y cuellos de botella que le esperan
-defender que no se le hagan modificaciones que lo descaractericen
-organizar tareas facilitadoras que permitan a esas personas y organizaciones
intervenir activamente el Programa


CAMBIO DE ORIENTACION. EL PROGRAMA DE TRANSICION 2006
El modelo de transición que en la actualidad se lleva adelante desde el GCBA tiene pocos puntos de contacto con el que fue preparado el año anterior, ni es siquiera próximo del tibio anuncio que el propio Telerman hizo de aquel mismo Programa en la ya citada reunión de gabinete del 1 de Febrero de este año, tomando, en realidad, otra orientación.

Ahora sí, desde que asumió Telerman como Jefe de Gobierno (producida la destitución de Ibarra) y conformó su gabinete las cosas han cambiado mucho en el Programa de Transición y modifican seriamente el cuadro de situación. Veamos sólo algunas notas del cuadro actual:

No hay historia reconocible ni antecedentes valederos. Basta observar la resolución Nº 060/2006 por la cual el actual Ministro organiza lo que denomina “Gabinete del Programa de Transición”. Está redactado de manera de afirmar que nada ha habido antes de ahora que pudiera ser tomado como antecedente, todo comienza ahora. Esta resolución no resiste la comparación con la anterior del Secretario de Descentralización, que para formar el Grupo Promotor recorría los diferentes esfuerzos y experiencias socio territoriales que antecedían esa decisión.

No hay grupo promotor asociado sino acción estatal centralizada. Siempre hemos opinado que si se quiere fundar órganos participativos, su proceso de elaboración y formulación también tiene que ser participativo. Esto parece obvio si se trata de políticas de descentralización pero de nuevo se opta por una concepción de autorregulación estatal (con algunos balcones de consulta) prescindiendo de reconocer la responsabilidad social en el proceso fundacional.

No hay consejo participativo, sino gabinete. La definición de “gabinete” que fue hecha conocer es reveladora que allí se reúnen personas elegidas por el propio Ministro. El proceso se piensa ahora con la participación de una oligarquía de organizaciones interesadas en el tema y no hay preocupación por la motivación y movilización que agregue más organizaciones al proceso. En los últimos años ha habido algunas experiencia de Consejos participativos de políticas públicas, algunos más amplios y abiertos y otros más controlados o restrictivos, pero la constitución de un “gabinete” eligiendo el convocante a los “vecinos” que lo integrarían no tiene cabida en ningún tipo de órgano participativo. Sustentamos otros criterios para promover y practicar la democracia participativa, criterios que se afirman en el reconocimiento de las prácticas colectivas y en la trayectoria de grupos y redes que representan una significativa contribución a la cogestión de políticas publicas.

Habrá “expertos” en vez de intercambio de saberes.
El ministro ha reiterado en varias oportunidades que él y su equipo de “expertos” y profesionales especializados prepararán el plan maestro y todos los instrumentos, a los cuales en todo caso se habilitarán consultas para sugerencias.
En cuanto a capacidades necesarias, donde antes proponía un trabajo asociado y se esperaba un intercambio de saberes y el aprovechamiento del conocimiento distribuido en la sociedad, ahora se propone “…desarrollar un plan de capacitación sistemático, diseñado y dictado por expertos…” [3].
El Programa adquiere un perfil diferente al elaborado en lo que denominamos Ciclo Buenos Aires VIVA V - Grupo Promotor en la Secretaría de Participación Ciudadana, y en vez de ser el resultado de un trabajo conjunto sociedad-estado, será el resultado de elaboraciones de gabinetes tecnocráticos, cuyos proyectos y trabajos serán “informados”, teniendo la certeza que serán aceptados.
No habrá instancias amplias participación sino “triunviratos”
El ministro ha reiterado en varias oportunidades que las unidades comunales de descentralización estarían compuestas por un “triunvirato”, a saber: un coordinador designado por el ministerio de descentralización, el director del CGP que corresponda y “un representante de la organizaciones vecinales” [4]. Lo que preside la preocupación del poder público es “llenar” con mínimo esfuerzo la definición de la ley respecto a la participación de organizaciones vecinales. Como el tejido asociativo es complejo, disímil, variado y múltiple, las prácticas políticas tradicionales exentas de métodos apropiados para lidiar con un contexto plural prefieren resolverlo cortando por lo sano, pidiendo que unos pocos representen todos, haciendo caso omiso no sólo a que no existe procedimiento para eso con el falso presupuesto que la rica diversidad del tejido asociativo se resuelve con una única y pobre representación. Se habla de democracia participativa pero, en el mejor de los casos, se remite a procedimientos de la democracia representativa de imposible aplicación a esta realidad o se abre la posibilidad de la elección “indicada” o “sugerida” y otros mecanismos aun menos democráticos.

Las comunas no serán estucturas nuevas sino viejas estructuras que se “agiornan”. Se retorna a la vieja concepción que presidió la gestión De la Rua, basada en que las comunas no serían otra cosa que la transformación de los CGPs. Se anuncia un decreto que modificará los límites de los actuales CGPs para que coincidan con los de las futuras comunas. Se vuelve a perder la pista sobre la importancia de un proceso fundacional en la que hubiesen acuerdos socio territoriales y movilización del tejido social previos a la creación de las comunas, como un modo de corregir la matriz originaria. Las comunas devendrán en un cierto “arreglo” de la situación actual del Estado, en vez de suponer una construcción asociada entre estado y comunidad de una nueva matriz. El pronóstico de lo que resultará por ese camino es poco estimulante.

CONCLUSIONES
Durante el 2005 se había instalado la idea de trabajar sobre los aspectos que la ley no definía pero que eran imprescindibles de ser considerados para la creación de las comunas (preparación y mapeo socio-territorial, recuperación de experiencias, intercambio de saberes, prácticas decisiónales co-gestivas, red socio-gubernamental de información, modelo cogestivo de gestión de la transición, etc.)

En cambio habrá ahora un programa gubernamental de transición a las Comunas centrado en el “acondicionamiento institucional” (sistema y calendario electoral) y el traspaso administrativo de recursos (sedes, patrimonio, personal, etc.) ciñéndose a la ley, que estarán fuertemente condicionados por las negociaciones de todo tipo de los actores del sistema político partidario.

Se trata de un plan que diseña y lleva adelante el Ministerio, el cual recibiría aportes de los integrantes del Gabinete de Transición a las Comunas en reuniones mensuales que tendrán apenas un carácter informativo, abierto a sugerencias de los representantes de otros organismos de gobierno y del sindicato y también de los vecinos elegidos por el Ministro. Se desdibuja el campo de colaboración, aun tenso y contradictorio, que se había creado.

De nuevo nos encontramos frente a una política incompleta, sostenida en las viejas prácticas y escindida de la construcción con la sociedad, que por un momento, durante un año, sospechamos tenía posibilidades de establecerse.

Desde las Redes PPGA tuvimos en 2005 la presunción que se abrían posibilidades de completar las insuficiencias de la política pública en este campo, organizando un Programa de Transición en gestión asociada, que sin dejar de atender a las cuestiones administrativas y funcionales pusiera también el acento en la experiencia social e histórico-cultural de la ciudad, sus movimientos sociales, sus políticas innovadoras, y que también se propusiese aceptar que en la reforma del estado que las comunas significan, es primordial la participación de la sociedad.

Esa presunción se vio confirmada sólo en forma parcial, pero suficiente para reconocer algunos avances a los que nos hemos referido más arriba. Esa posibilidad ahora se ha desvanecido, por lo cual podemos afirmar que no hay a la vista ninguna presunción de prácticas cogestivas en el Programa de Transición.

Ahora, por lo tanto, las posibilidades de realizar los trabajos que completen lo que le falta a la política pública de creación de las comunas, quedan limitadas a las prácticas socioterritoriales y a los actores localizados que coincidan ellas, habida cuenta que en estos momentos esos asuntos no forman parte de la voluntad política del GCBA.

El programa gubernamental, en su nueva versión, prioriza “lo urgente”, “lo práctico”, “lo que dice la ley”. Las Redes PPGA retomarán la iniciativa política de construir una red social territorial, diversa sí, pero con acuerdos y prioridades consensuadas en simultaneidad con trabajar en la preparación y afirmación de prácticas asociadas cumunidad-estado y en ensayos anticipatorios de cómo tratar las futuras agendas comunales e intercomunales, asuntos que ahora nadie prioriza.

Buenos Aires, 10 de Junio de 2006
[1] Los antecedentes de las Redes PPGA en referidos a esta concepción del Programa de Transición para las Comunas se remontan al período anterior a la Constituyente de 1996. Durante la Constituyente el Buenos Aires Viva III presentó una propuesta de Programa de Transición que no tuvo recepción en el articulado de la Constitución. El Buenos Aires Viva IV (2001) organizó un programa de transición para el Oeste de la ciudad. Estos y otros muchos documentos pueden consultarse en el CD “Buenos Aires VIVA V, un programa participativo de transición a las comunas”, editado por Redes PPGA, Secretaría de Descentralización del GCBA y otros, diciembre de 2005.
[2] La versión completa del texto del Programa y su cronograma fue presentada en la reunión realizada en la Secretaria de Descentralización el 1º de diciembre de 2005 con participación de todas las organizaciones que integraban el Grupo Promotor. El documento editado para la presentación que hizo Telerman el 1º de febrero omitió tanto las acciones programadas como su cronograma y sólo incluyó el capítulo de los fundamentos del Programa.
[3] Como fuente puede consultarse el Boletín electrónico de la Comisión de Descentralización del Partido Socialista, editores R. Cortina y otros, 03-03-06
[4] Ib idem que la anterior

No hay comentarios: